.

Publicado el 12/03/2023
|

Guía de conversación 5

CONCLUSIÓN


1. Hemos reflexionado sobre esta idea de ver al dinero como una herramienta que debemos usar para que nuestras vidas tengan significado. ¿Qué piensas de esa idea?

2. Para averiguar cómo usar tu dinero para que tu vida sea significativa, puede ser útil que consideres una de las preguntas que se mencionaron en el video: ¿Hasta qué punto quieres que tu vida sea un medio para bendecir a otros?

3. Démosle un giro: ¿Qué quieres que tu dinero celebre de ti cuando ya no estés? Escribe una frase o dos que describa lo que quisieras que tu dinero dijera. Aquí hay algunas opciones para ayudarte a empezar:
Reconociste que le pertenezco a Dios y simplemente me administraste durante un tiempo.
Tus finanzas estaban en buena forma para que pudieras decir “sí” cuando te sintieras llamado a algo. 
Me entregaste durante décadas a un ministerio con el que estabas agradecido, aunque ellos no te lo pidieron.
Me administraste responsablemente y registraste cada gasto, incluso cuando no necesitabas hacerlo.
Me pusiste en donde estaba tu corazón (quebrantado) y me diste generosamente.
Invertiste el guion de: “Vivir primero para mí, dando un poco de lo que sobra”, a: “Primero dar, segundo ahorrar y vivir con el resto”.

4. Si comenzaras a ver al dinero como una herramienta para hacer algo significativo con tu vida, ¿cuál es el primer cambio que harías?

5. Hemos hablado de cuatro consejos que nos daría el dinero si el dinero hablara. ¿Con cuál te identificas más? ¿Por dónde empezarás? ¿Qué cambio (grande o pequeño) harás en tu forma de ver o manejar tu dinero?

Si el dinero hablara, diría: “Puedo agregarle significado a tu vida, pero no soy el significado de la vida”.
Así que, considera este próximo paso: Cambia las suposiciones que tienes sobre el dinero que pueden estar dañándote más que ayudándote.

Si el dinero hablara, diría: “Cuando crees que eres mi dueño, es porque yo soy el tuyo”.
Así que, considera este próximo paso: Averigua a dónde se está yendo y gastando el dinero que estás administrando para Dios.

Si el dinero hablara, diría: “Mi destino es el reflejo de lo que más estimas”.
Así que, considera este próximo paso: Haz que Dios y los demás sean tu prioridad al darles primero, ahorrar después y vivir con el resto.

Si el dinero hablara, diría: “Lo que decides hacer conmigo, dice a gritos quién eres y a quién le perteneces”.
Así que, considera este próximo paso: Usa tu dinero para hacer algo significativo.